viernes, 21 de agosto de 2009

Avance de los desiertos y aumento del nivel del mar en la Argentina...


La Argentina podría enfrentar desastres asociados a procesos naturales con grandes impactos sociales y costos económicos. No hay certezas absolutas, pero prestigiosos especialistas opinan que faltan medidas para que el país esté mejor preparado ante las catástrofes. Y esas medidas deben incluir desde un mejor monitoreo de la actividad volcánica hasta planes básicos de contingencia. Según los expertos, la mayoría pertenece a instituciones públicas dedicadas a la investigación científica, mucho se puede hacer hoy para que los impactos de los desastres sean menores mañana.

Terremotos :
En 1944, el peor terremoto de la historia argentina destruyó la ciudad de San Juan y causó diez mil muertes en una población de noventa mil personas.
Y esa catástrofe no sería sólo un desastre del pasado. "Podría volver ocurrir algo similar en los próximos diez años".
En 2002 se sancionó en el Congreso un Plan Nacional de Educación para la prevención sísmica. Pero hasta el momento, sólo Catamarca, San Juan y Mendoza lo pusieron en práctica.
"Los chicos deberían familiarizarse en las escuelas y ser los multiplicadores de la información en sus hogares". "Es crucial que las provincias y los municipios verifiquen y controlen que las construcciones sean resistentes a sismos".

Volcanes :
En la Cordillera de los Andes, existen alrededor de sesenta volcanes activos. La gran mayoría está en Chile, como el Villarica o el Osorno.
Pero por la influencia de los vientos del Pacífico, las erupciones pueden hacerse sentir en el territorio argentino, como ocurrió en 1991 con el volcán Hudson que arrojó unas 2.500 millones de toneladas de materiales y afectó a los habitantes de Los Antiguos y de Perito Moreno, en Santa Cruz, otro ejemplo es el volcán Chaitén, cuyas cenizas afectaron gravemente a la localidad de Esquel, durante el año 2008.
Para los próximos diez años, existe la posibilidad de que se produzca otra gran caída de ceniza volcánica en la Argentina, y volcanes como el Osorno, Calbuco, Puyehue y los del Cordón Caulle, son algunos de los más temibles.
Cabe destacar que "Menos del 50 por ciento de los 60 volcanes son hoy vigilados".
Durante los últimos cinco años, se produjeron 14.000 incendios anuales en bosques y campos, según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. El 95 por ciento de esos incendios son causados por la gente que, por descuido o intencionadamente, provoca la pérdida de valiosos recursos naturales.
Se gastan más de 11 millones de pesos en la prevención y la lucha contra el fuego, según el ingeniero forestal Fernando Epele, coordinador del Programa Nacional del Manejo del Fuego.
El freno a los incendios pasa por la información y por el cambio en el comportamiento de la gente.

Desertificación:
"No será tan visible, tan apabullante, como otros desastres ambientales, pero los procesos de desertificación y degradación de los suelos seguirían en aumento",según el INTA.
Se calcula que el cincuenta por ciento de la superficie de la Patagonia, el Noroeste argentino, Cuyo y parte de San Luis y La Pampa sufre desertificación en grado moderado a severo por exceso de pastoreo o por prácticas incorrectas en la agricultura.
"En el Chaco, el problema avanza por el desmonte de áreas semi áridas". En la región pampeana, la desertificación implica la pérdida de mil millones de dólares por año.
Para evitar la tendencia, "los agricultores deberían volver a la rotación de cultivos (incluyendo maíz, trigo y sorgo y no sólo soja) como componente del sistema de siembra directa, para evitar la degradación del suelo a mediano plazo".

Tornados :
"Todos los años, ocurren tornados en distintos puntos del país y no hay razón valedera para pensar que no se producirán en los próximos diez años".
Los tornados podrían ser más frecuentes por acción del cambio climático que favorecería en el futuro la formación de nubes llamadas "tormentas severas" o "superceldas".
¿Dónde ocurrirían? En una zona que va desde Córdoba a Mar del Plata y Necochea, y también en una zona que abarca Corrientes y Misiones.

Aumento del nivel del mar :
El nivel del mar Argentino crece cuatro centímetros por década, también por el cambio del clima. "Es probable que crezca algo más de quince centímetros en los próximos treinta años".
El aumento del nivel del mar no causaría inundaciones permanentes en la costa. Sin embargo, habría una mayor frecuencia de inundaciones por sudestadas en la zona del frente del Delta, el valle del río Reconquista y algunas zonas costeras del sur del Gran Buenos Aires y la zona sur de la Bahía de Samborombón.
"En el Tigre, la proliferación de barrios cerrados a lo largo de la costa creó una nueva situación de riesgo. Se urbanizaron sectores inicialmente bajos e históricamente inundados. No siempre se toman alturas de elevación del terreno acordes con el aumento del nivel del río".
Barros sostiene que hay diferentes medidas a implementar: "Debería sancionarse una ley por la cual las personas que eligen vivir en zonas vulnerables se hagan cargo de eventuales desastres, siempre que se las haya informado".

Inundaciones y sequías :
En los años 80 y 90, las inundaciones provocaron enormes pérdidas económicas. Las principales amenazas se encuentran en las cuencas de los ríos Salado, Paraná, Paraguay y Uruguay, Limay, Negro y Alto del Plata.
"No hay estudios que digan cuándo y dónde habrá inundaciones, pero es sabido que en los lugares donde ocurrieron grandes crecidas, pueden volver a producirse".
"Necesitamos establecer más estaciones para medir los afluentes de grandes ríos, como el Pilcomayo y el Bermejo, que hoy no se monitorean", opinó. La especialista también mencionó que los municipios y las empresas deberían elaborar planes de contingencia.
"FaltaN recursos financieros para capacitar a la población sobre cómo prepararse para las catástrofes, y deberían cumplirse las leyes que prohíben establecerse en zonas inundables".
El extremo contrario a la inundación, la sequía, también es considerada un desastre. Este año se produjo una gran sequía en la provincia del Chaco.
¿Ocurrirán con más frecuencia? "No hay una evidencia categórica para la Argentina, pero sería mejor que se planifiquen obras donde se prevea asegurar a la población de agua potable de buena calidad".

Invasiones biológicas:
Las especies acuáticas animales y vegetales que se introdujeron en el país también pueden entrar en la lista de peligros naturales. Los más dramáticos pueden ser:
La invasión del mejillón dorado Limnoperna, que ingresó por el Río de la Plata en 1990 y que avanzó 250 kilómetros por año, llegó al Paraguay y al Brasil y conquistó todo fondo propicio. "Es un desastre con secuelas ecológicas y económicas incalculables —afirmó Penchaszadeh— El mejillón afecta bombas cercanas a los ríos y obliga a gastar más energía."
La presencia en la Patagonia del alga asiática Wakame es un desastre en ciernes —estimó Penchaszadeh—, ya que desplaza a otras especies de algas nativas y cambia la estructura del fondo marino que puede ser arenoso o rocoso.


Gaia Misiones

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