La tierra en la que nació Jesús era entonces, como lo fue antes y lo es aún hoy, tierra de conflictos ancestrales. La tierra que para los judíos es la Tierra Prometida es una estrecha franja de tierra el extremo oriental del Mediterráneo.
En tiempos de Jesús la población judía de Palestina se estima en aproximadamente 1.000.000 de personas. Fuera de Palestina debía haber por lo menos la misma cifra viviendo repartidos por todo el mundo conocido (Diáspora): Alejandría, Babilonia y la parte oriental del Mediterráneo.
Durante esta época, la influencia del helenismo impregnaba todo el Mediterráneo y también los judíos se sentían influenciados por la cultura griega. Por ejemplo, la lengua de la mayoría de los judíos de la Diáspora era el griego. Y no olvidemos que la redacción definitiva de los Evangelios de Marcos, Lucas y Juan se hizo en esta lengua.
La vida de Jesús se desarrolló en Palestina, patria del Pueblo de Israel. La región de Galilea-donde Jesús creció y pasó su infancia- es una zona de colinas con centro en el Mar de Galilea, un enorme lago de agua dulce.
Judea, Samaría y Galilea eran las tres provincias más importantes y todas ellas se destacaban por algún producto característico, los dátiles de Judea, los vinos y aceites de Galilea y las hortalizas de Samaría. Otras regiones eran Perea y Gadara.
Israel alterna zonas muy áridas como los alrededores del Mar Muerto, con otras más fértiles, cubiertas de suaves y verdes colinas, como Galilea. La zona tiene cierta semejanza con el noroeste argentino.
Galilea estaba en el medio de importantes rutas comerciales de la época, lo que favorecía el florecimiento de prósperas comunidades como Cafarnaum y Betsadía, además de fomentar el contacto con extranjeros.
En su vida pública, Jesucristo recorrió casi todos los rincones de Palestina. Desde su Belén natal hasta Nazareth donde pasó su infancia e inició su ministerio. Desde los desiertos de Judea, donde fue tentado por el diablo, hasta la fértil Galilea, lugar del Sermón de la Montaña y de muchos de sus milagros. Y, finalmente, la ciudad de Jerusalén, que fue el escenario de su Pasión, Muerte y Resurrección.
La Ciudad Santa de Jerusalén, es un lugar de peregrinación por excelencia; ciudad venerada por tres religiones (cristianismo, judaísmo e islamismo), Jerusalén es el sitio donde Jesucristo vivió su Pasión, por medio de la cual concretó el Plan de la Salvación ideado por Dios para redimir a la humanidad de sus pecados. Una ciudad que aún hoy es dueña de un emocionante misticismo.
Gaia Misiones
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