En algunas circunstancias el comportamiento de la troposfera alcanza condiciones extremas generando verdaderas catástrofe; si bien el exceso de lluvias es motivo suficiente para que se originen inundaciones, también incide la profundidad del cauce y la pendiente de los ríos, que a veces no pueden evacuar esos excesos. Algunas inundaciones son estaciónales, por ejemplo, cuando coinciden las lluvias con la fusión de la nieve en primavera. Otras son repentinas como resultado de precipitaciones intensas. Cuando las lluvias son torrenciales y caen en áreas con pendientes pronunciadas, generan corrimiento, aluviones, que arrasan lo que encuentran a su paso. Es lo que ocurre en muchas localidades del litoral brasileño; las numerosas instalaciones que se hallan en las laderas de los cerros (morros), se desmoronan rápidamente con consecuencias trágicas, es lo que justamente ha ocurrido en los últimos días en la región sur del Brasil.
El número de muertos en derrumbes y accidentes causados por las lluvias que azotan el estado brasileño de Santa Catarina aumentó hoy a 65, mientras que casi 50,000 personas tuvieron que ser desalojadas, de las que 20,256 se quedaron sin techo.
Las lluvias sembraron destrucción y muerte en 30 municipios de Santa Catarina, donde viven 1.5 millones de personas. Las ciudades más afectadas fueron Ilhota, Blumenau, Brusque, Gaspar y Jaraguá do Sul, donde se registraron 40 de las 65 muertes.
La tormenta también causó graves perjuicios económicos, al virtualmente cerrar los accesos a áreas turísticas de Santa Catarina -como Balneario Camboriú- y al damnificar dos tramos del Gasoducto Bolivia-Brasil que pasan por la ciudad de Joinville.
El problema obligó el ente estatal Petrobrás a interrumpir el suministro de gas natural a varias industrias de Santa Catarina y del vecino estado de Río Grande do Sul. El energético disponible está siendo dirigido prioritariamente a hospitales de la región.
Agradecemos a Marcos las fotografías que acompañan este artículo y que nos hiciera llegar vía mail desde Brasil.
El número de muertos en derrumbes y accidentes causados por las lluvias que azotan el estado brasileño de Santa Catarina aumentó hoy a 65, mientras que casi 50,000 personas tuvieron que ser desalojadas, de las que 20,256 se quedaron sin techo.
Las lluvias sembraron destrucción y muerte en 30 municipios de Santa Catarina, donde viven 1.5 millones de personas. Las ciudades más afectadas fueron Ilhota, Blumenau, Brusque, Gaspar y Jaraguá do Sul, donde se registraron 40 de las 65 muertes.
La tormenta también causó graves perjuicios económicos, al virtualmente cerrar los accesos a áreas turísticas de Santa Catarina -como Balneario Camboriú- y al damnificar dos tramos del Gasoducto Bolivia-Brasil que pasan por la ciudad de Joinville.
El problema obligó el ente estatal Petrobrás a interrumpir el suministro de gas natural a varias industrias de Santa Catarina y del vecino estado de Río Grande do Sul. El energético disponible está siendo dirigido prioritariamente a hospitales de la región.
Esta es la tercera gran tragedia climática que afecta a Santa Catarina en los últimos 25 años. La peor de ellas fue registrada en 1974, cuando derrumbes de casas y aludes de tierra causados por lluvias dejaron a casi 200 muertos. En 1983, 140 personas perdieron la vida en ese estado meridional brasileño en un desastre similar.
El origen de las precipitaciones se debe a la presencia de un centro de alta presión en el Océano Atlántico Sur que emite fuertes ráfagas de aire fresco, cargado de humedad que al ingresar al continente provoca fuertes lluvias, particularmente en la región del Valle de Itajaí en Santa Catarina- Brasil.Santa Catarina, forma parte de la región sur del Brasil, conjuntamente con los Estados de Paraná y Río Grande Do Sul, tiene una extensión de 95.442,9 kilómetros cuadrados, su capital es la ciudad de Florianópolis (400.000 habitantes.)
Licenciado Sergio Luis Alberto Páez
Departamento de Geografía
Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”
Departamento de Geografía
Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”
Agradecemos a Marcos las fotografías que acompañan este artículo y que nos hiciera llegar vía mail desde Brasil.
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