viernes, 27 de junio de 2008

El Ártico: una región estratégica

En una cumbre realizada en el mes de mayo de 2008 en Groenlandia, los cinco países que limitan con el Ártico –Estados Unidos, Rusia, Canadá, Noruega y Dinamarca- tuvieron su primer encuentro para intentar superar una disputa por una amplia zona del Polo Norte, que se calcula alberga una cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo y de gas que aún no está bajo la soberanía de ningún Estado.

En la reunión en la ciudad de Ilulissat, en el oeste de Groenlandia (territorio de ultramar danés), representantes de los cinco países acordaron que no debe producirse un combate por las reivindicaciones territoriales en el Ártico. Dinamarca, que convocó al encuentro para disminuir la tensión entre los cinco países, ansiosos para extender su soberanía, pretende que el resto acate las reglas establecidas por las Naciones Unidas en 1982 para llevar a acabo un eventual reparto en la zona que aún no tiene dueño.

La Convención sobre el Derecho del Mar de la ONU -que entró en vigor en 1994- prevé una zona de soberanía de 200 millones náuticas (370 kilómetros) desde las costas de los países que limitan con el Ártico. Pero queda un territorio de 1,2 millones de kilómetros cuadrados muy codiciado, porque según el instituto norteamericano Geological Survey, su subsuelo esconde la cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo y de gas aún sin explotar.

Además, la convención-ratificada por Dinamarca, Rusia, Noruega y Canadá, pero no por Estados Unidos-estipula que cada Estado puede presentar reivindicaciones hasta 10 años después de haberla ratificado si presenta pruebas científicas de que su plataforma continental se extiende más allá de las 200 millas náuticas.

Fue por eso que, para probar que sus demandas estaban fundamentadas y así poder reivindicar el mayor territorio posible, varios países organizaron expediciones cartográficas al Ártico.

La carrera por las potenciales riquezas del ártico se ha acelerado por el derretimiento de los hielos, que, además de facilitar la explotación petrolera, abriría nuevas vías marítimas.

En la zona hay dos pasos: el del Noreste (no navegable) y el del Noroeste, que Canadá reclama como propio, pero la Unión Europea y Estados Unidos afirman que es internacional. Según los investigadores, este último paso, que se abrió por primera vez en 2007 (producto del calentamiento global), podrá ser utilizado todo el año por los barcos a partir de 2050, lo que permitiría un ahorro de hasta 8.600 kilómetros en un viaje entre Tokio y Hamburgo.

En la cumbre de Groenlandia, los cinco gobiernos se comprometieron a adoptar medidas conformes a las leyes internacionales para garantizar la protección del frágil medio ambiente del Océano Ártico.


Licenciado Sergio Luis Alberto Páez
Departamento de Geografía
Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”

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