La Guerra Civil Siria —o simplemente Guerra de Siria— es un conflicto bélico en curso en ese país entre las Fuerzas Armadas de Siria y diversos grupos armados opuestos al
gobierno del Partido Baath Árabe
Socialista y en particular de su
presidente, Bashar Al-Asad. La
guerra se ha considerado influida por otras
protestas simultáneas en países
del mundo árabe, que han venido
exigiendo profundos cambios en sus gobiernos. Como en Túnez, Egipto, Libia y Baréin,
parte de los manifestantes reclamaban más libertades y democracia, así como un
mayor respeto de los derechos
humanos. Sin embargo, con el paso del tiempo, el objetivo de la rebelión se ha
centrado en el derrocamiento del gobierno de Bashar al-Asad.
El conflicto se inició en 2011 con
una serie de protestas pacíficas en contra del gobierno y en especial en contra
del presidente Bashar al-Asad, que se fueron intensificando a lo largo del
mismo año. La represión de las manifestaciones provocó que una parte de la
sociedad civil y sectores del Ejército se alzaran en armas formando el llamado
"Ejército Libre de Siria". Para finales de año, los "rebeldes" —como se comenzó a denominar en los
medios internacionales a quienes se enfrentan al gobierno— habían formado una
guerrilla en el norte del país que posteriormente se extendería a lo largo del
territorio sirio.
A comienzos de 2012, los rebeldes habían logrado dominar muchas
localidades del norte del país, debido a su mayor cercanía con Turquía cuyo
gobierno los apoya, pese a los contraataques diarios del Ejército. La rebelión
popular fue dando pie a enfrentamientos armados hasta desembocar en lo que se
ha considerado una guerra civil.
En 2012 se intensificaron de manera creciente los combates, así como la dureza
de los ataques del Ejército a las ciudades ocupadas por los "rebeldes",
destacando la ofensiva sobre
Homs, que convirtió la antigua Emesa en la ciudad más dañada de la guerra hasta
entonces.
La guerra tomó un curso
más serio y decisivo cuando entre junio y agosto los "rebeldes" tomaron
el control del este de Alepo y mantuvieron numerosos frentes en la
capital, Damasco. Por su parte,
al menos desde finales de 2012, se empezaron a registrar enfrentamientos
armados de distinta intensidad entre algunas facciones del bando "rebelde",
principalmente entre los grupos kurdos e islamistas.
Alepo continúa con enfrentamientos diarios que han devastado la ciudad, con la
mayoría del territorio en manos de los rebeldes en mayo de 2013. En Damasco, el Ejército logró hacer
retroceder a los rebeldes,
aunque persisten combates y atentados con frecuencia e intensidad irregulares.
A pesar de los esfuerzos
de la Liga Árabe y de la ONU —que
habían enviado varias misiones diplomáticas para poner fin al conflicto— en 2013 el
cese el fuego parecía lejano. Las tropas del gobierno siguieron bombardeando
puntos estratégicos para los rebeldes, y éstos a su vez, continuaron con los
atentados y los enfrentamientos. El 6 de enero, el presidente dio un discurso
público en el que llamaba al diálogo y al cese de la violencia, pero esto no
fue aceptado por los "rebeldes”, lo que hizo que el gobierno siguiera con
sus ataques. El 6 de marzo, los rebeldes tomaron la ciudad de Raqqa, primera capital de provincia en
caer completamente en sus manos.
A mediados de 2013,
el gobierno comenzó a asediar fuertemente las localidades más conflictivas; así
se vio en Al-Qusayr, donde el
presidente derrotó a los rebeldes. Durante el mismo período, en ciudades como Homs y Alepo, el ejército ha redoblado la
potencia de sus ofensivas y ha comenzado a realizar efectivas operaciones de
ataque, teniendo un avance que no se había visto desde el inicio del
conflicto.
En el transcurso del
conflicto, además, el gobierno sirio se ha enfrentado a varias crisis
diplomáticas con países vecinos como Turquía, Israel o Líbano,
que han dado pie a bombardeos y ataques incendiarios. En sus ramificaciones
internacionales, la rebelión recibe apoyo en distinto grado de Turquía, los
países occidentales y los países árabes del golfo
Pérsico —en particular Qatar—, mientras que el gobierno es
apoyado de distintas maneras por Irán, Rusia, la organización libanesa Hezbolá y algunos otros gobiernos.
La guerra civil en Siria
ha dejado, hasta el momento, más de 110 000 muertos, de los cuales
40 000 son víctimas civiles; ha
dejado a más de 3 000 000 de refugiados y a la mayoría de las
ciudades con una gran devastación. La guerra siria ha elevado el número de
desplazados a escala mundial a su máximo nivel en los últimos 18 años.
Ambos bandos del conflicto
han sido acusados desde diversas organizaciones y gobiernos de cometer crímenes de guerra y graves violaciones de los derechos humanos.
Gaia Misiones
No hay comentarios:
Publicar un comentario