jueves, 4 de febrero de 2010

La tragedia del Paraná: Vulnerabilidad y Gestión del Riesgo


La sociedad misionera, sigue consternada por la terrible tragedia del cruce del Paraná (tradicional competencia de aguas abiertas que se cobró la vida de siete deportistas y uno sigue desaparecido) el pasado 16 de enero. No caben dudas que las condiciones naturales del río Paraná han cambiado notablemente en los últimos años como consecuencia de la construcción de la represa de Yacyretá y la formación del lago frente a la ribera posadeña, a todo ello hay que sumar la crecida extraordinaria que viene sufriendo el mismo desde el año pasado por las intensas precipitaciones que se dan en la región y en la alta cuenca del río, producto de la influencia de la corriente del niño.

Cabe destacar que la ciudad de Posadas y nuestro Paraná, han sufrido cambios rotundos como consecuencia de las obras que la entidad Binacional Yacyretá viene llevando adelante, cambios que pueden manifestarse en desastres y en terribles emergencias como la ocurrida recientemente.

Riesgos innumerables y variados deberían obligar a desarrollar capacidades, modelos, métodos, técnicas y diversidad de instrumentos para reducirlos a su mínima expresión. También deberían generar la necesidad de preparación y respuestas eficaces para salvar vidas, aliviar el sufrimiento humano, disminuir pérdidas económicas y proteger el ambiente.

A medida que se suceden eventos adversos de distinto grado las organizaciones de protección civil tienen que esforzarse cada vez más. Quienes las conducen, tienen la responsabilidad de conocer y hacer conocer el verdadero y muy importante rol que les cabe. Es indudable que su función primordial es mantener informada a la población acerca de la autoprotección para los riesgos prevalentes, facilitar el contacto, la interrelación y el trabajo mancomunado de los órganos de respuesta, impulsar el enfoque de riesgo en los planes de desarrollo de un municipio, e introducir el tema en el ámbito educativo.

De este último, se destacan las Universidades e Institutos Superiores, lugares de formación de dirigentes y planificadores. Todos ellos tienen responsabilidad en este tema tan ampliamente convocante. Instalados en diversos lugares de poder, con la misión de conducir el desenvolvimiento de una comunidad tendrán que preservarla de las amenazas a las que esté expuesta.

Los peligros naturales y humanos son parte de la vida misma. Sin embargo, éstos se convierten en desastres solamente cuando atentan contra la vida de las personas. La vulnerabilidad de las comunidades está en aumento debido a las actividades humanas y a la destrucción o modificación del ambiente natural. Está dentro de nuestras capacidades poder hacer algo al respecto. Podemos tomar decisiones más acertadas, mejorar la planificación (en estos momentos se está trabajando desde la municipalidad de la ciudad de Posadas sobre el Plan Estratégico de la misma, en él se debería incluir la Gestión del Riesgo y planes de contingencia ante eventuales catástrofes de diferente índole), ser innovadores en materia de desarrollo y llevar a cabo actividades dirigidas a la protección ambiental -estas son las actividades humanas que pueden reducir la vulnerabilidad de las comunidades-. Con este propósito, tanto el manejo de los riesgos como la reducción de los desastres deben constituirse en partes integrales de los proyectos y políticas del desarrollo sostenible ¿los hay en Posadas?

En este sentido podemos y debemos reducir la cantidad y el impacto de los desastres mediante el establecimiento de comunidades sostenibles que posean una capacidad, a largo plazo, de vivir con el riesgo.



Licenciado Sergio Luis Alberto Páez
Departamento de Geografía- Instituto Superior “Antonio Ruiz de Montoya”


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