La sensibilidad medioambiental y el pacifismo son probablemente las dos características que mejor definen a la generación joven actual. Diferentes factores han contribuido a ello y, en el caso de la problemática relacionada con el medio ambiente, han tenido un peso determinante las catástrofes ecológicas de diverso signo que se han sucedido y que han significado auténticos aldabonazos para todas las conciencias: los repetidos casos de contaminación química e industrial, la erosión y desertización crecientes, la lluvia ácida o la catástrofe radioactiva de Chernobyl, entre otros. Junto a ellos, el esquilmado de las reservas pesqueras, cuyo caso más paradigmático es la caza de las ballenas, el empobrecimiento de biomas y zonas de vegetación, antaño emblemáticas por su riqueza en biodiversidad-caso entre otros, la Amazonía o por qué no la Selva Misionera-, amenazadas por la presión imparable del desarrollo, la expansión de la frontera agrícola y las elevadas tasas de crecimiento demográfico.
El dilema se plantea actualmente en términos de una auténtica alternativa: gestión versus conservación. Sólo una gestión verdaderamente preocupada por la conservación, en sus principios inspiradores y en las herramientas que utilice, puede asegurar un desarrollo sostenido, es decir, unas cotas de bienestar para todos los pueblos y no sólo para el denominado primer mundo, compatible con una preservación de la biosfera que evite el cataclismo y que pueda seguir aspirando a transmitir a las generaciones futuras un planeta habitable.
El dilema se plantea actualmente en términos de una auténtica alternativa: gestión versus conservación. Sólo una gestión verdaderamente preocupada por la conservación, en sus principios inspiradores y en las herramientas que utilice, puede asegurar un desarrollo sostenido, es decir, unas cotas de bienestar para todos los pueblos y no sólo para el denominado primer mundo, compatible con una preservación de la biosfera que evite el cataclismo y que pueda seguir aspirando a transmitir a las generaciones futuras un planeta habitable.
Licenciado Sergio Luis Alberto Páez
Departamento de Geografía
Instituto Superior "Antonio Ruiz de Montoya"
Departamento de Geografía
Instituto Superior "Antonio Ruiz de Montoya"
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