La búsqueda de petróleo en la selva amazónica amenaza con destruir las últimas tribus aún aisladas de la civilización.
Por Kelly Hearn.
Mientras maneja por la carretera de una compañía petrolera en la parte norte del Amazonas peruano, Patricio Pinola Chuje mira por la ventana. Sólo se ve una verde muralla de bosque lluvioso. "No sé si ellos están en esta área, pero sé que están más lejos, hacia el sur", dice Pinola, un indio achuar, una de las comunidades que habita el Amazonas peruano. "Ellos vienen de los ríos".
"Ellos" son tribus indígenas nunca antes vistas, que viven en voluntario aislamiento en el Amazonas de Perú y Ecuador, en una época en que el precio mundial de la energía ha hecho incrementar la búsqueda de petróleo y gas en las bien abastecidas tierras amazónicas. Sin embargo, partidarios de grupos nativos dicen que este boom sólo daña a las comunidades remotas.
"Los indígenas aislados son especialmente vulnerables a cualquier contacto, porque no tienen inmunidad a los afuerinos", dice David Hill, vocero de Survival International, organismo con sede en Londres que defiende los derechos de las llamadas "tribus no contactadas". Varias agrupaciones civiles y nativas están presionando a las autoridades para que tomen las riendas en el tema de la explotación petrolera. En diciembre, una coalición anunció que pediría a la OEA proteger a la tribu Cacataibo, considerada la última no contactada del bosque lluvioso central de Perú.
El tema es que mientras esto sucede, voces oficiales peruanas han preguntado públicamente si existen realmente nativos desconocidos. "Esto es como el Monstruo del Lago Ness", dijo en julio Cecilia Quiroz, abogada jefe de la compañía Perupetro, al Washington Post. "Todos parecen haber visto u oído sobre gente 'no contactada', pero no hay evidencia".
Cuántas tribus hay
Guevara Sandi Chimboras es un indio achuar que trabaja como monitor ambiental, cerca de la frontera entre Perú y Ecuador. Viene de vagar por el bosque, usando herramientas de posicionamiento satelital que sirven para encontrar derrames de petróleo. Él no duda sobre las tribus nunca antes vistas.
"Sí, existen", dice. "Conozco a gente que los ha visto. Ellos aparecen cuando van a los bancos de río para buscar huevos de tortuga". Según activistas, la escasez de tribus en el bosque lluvioso, sumada a la amenaza de infección que ha significado el contacto con forasteros, hace que un censo exacto sea casi imposible. Pero Survival International estima que hay cerca de 15 tribus no contactadas en el Amazonas peruano, aunque es raro encontrarlas.
Sin embargo, en octubre del año pasado, un avión que buscaba taladores ilegales consiguió fotografiar 21 nativos parados cerca de sus refugios de palmera en los bancos del río Las Piedras, en la parte sureste del Amazonas peruano. Días después de que las fotos aparecieron en las noticias, el Presidente peruano Alan García sugirió en la editorial de un diario que las tribus desconocidas eran sólo una artimaña de los grupos que se oponen al desarrollo petrolero.
"Para oponerse al petróleo, ellos han creado la figura de vida salvaje 'desconectada', es decir, algo no conocido, pero presumido", escribió García en una editorial de El Comercio. Autoridades de la compañía Perupetro y el ministro de Energía y Minas no quisieron referirse al tema para este reportaje.
Encuentros cercanos
A pesar de las dudas oficiales sobre la existencia de tribus no contactadas, las compañías de petróleo aparentemente se han tomado en serio la posibilidad de encontrarlas. En el último verano, la firma de petróleo estadounidense Barrett Resources y la española Repsol-YPF entregaron informes a las autoridades peruanas en los que describían cómo sus trabajadores responderían en caso de encontrarse con tribus aisladas. Los dos documentos, obtenidos por National Geographic News, recomiendan a los trabajadores estar pendientes de huellas, lanzas, flechas y otras señales humanas.
Ambos programas prohíben a los trabajadores tener cualquier contacto con nativos o darles comida u otros objetos. Además, ordenan a los trabajadores tratar a los indígenas en forma pacífica, esforzándose para protegerlos de enfermedades. Una parte del manual Barrett da guías para decir: "Nosotros somos gente como tú. Somos trabajadores, no nos vamos a quedar. Tenemos mujeres y niños, casas y granjas lejos de aquí". Y también entrega una lista de preguntas: "¿De dónde vienes? ¿Cuántos soles y lunas has viajado? ¿Has visto gente como nosotros? ¿Hay algo que te moleste?".
Reclusión voluntaria
El padre Ricardo Álvarez Lobo es un cura dominico que ha trabajado con tribus remotas por cinco décadas. Según él, muy pocas tribus amazónicas no han tenido relación con el mundo exterior. "Los ancestros se contactaron con evangelizadores y barones del caucho y tuvieron malas experiencias", afirma. "Así, se construyeron mitos que les hicieron temer de los forasteros".
En años recientes, tribus aisladas en Brasil y Colombia han emergido de la jungla, al mismo tiempo en que diversas compañías e insurgentes han merodeado por sus territorios. Por ejemplo, los nukak, una tribu del sur de Colombia, fue sacada de su extrema soledad por los insurgentes de las FARC. En junio pasado, nativos aislados hicieron contacto con indios kayapo del Brasil central. Y hace unos meses, en la frontera entre Perú y el Parque Yasuni, Ecuador, miembros de una tribu taromenare fueron culpados por matar con una lanza a un talador ilegal de árboles.
La protección
Grupos pro derechos indígenas, como Racimos de Ungurahui, han notado que en años recientes varias enfermedades diezmaron tribus como los nahua, los nanti y los kirineri, después de haber tenido contacto con trabajadores de petróleo. Racimos ha amenazado incluso con demandar a las compañías petroleras por genocidio si ellos entran en áreas donde viven grupos aislados.
Mientras tanto, una organización de derechos indígenas de Lima llamada AIDESEP pide establecer áreas protegidas para nativos no contactados. En agosto, AIDESEP solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos su intervención a favor de dos reservas tribales en el norte de Perú. El caso aún está pendiente.
Artículo del diario El Mercurio de Chile -Revista del Domingo-, edición digital del 27 de Abril de 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario