Hace más de 2,000 años que el mundo Occidental Cristiano conmemora cada 25 de Diciembre el nacimiento del niño Jesús.
Jesús vivió en un mundo real, en un tiempo y en un lugar, entre hombres y mujeres de carne y hueso, que compartían costumbres y preocupaciones.
La mentalidad del mundo de 2 mil años atrás era afectada por la escasez de conocimientos científicos. Se creía, por ejemplo, quela Tierra era plana y que el Cielo consistía en una especie de bóveda que rodeaba a la Tierra , si alguien conseguía subir y atravezarla, entraría en El Paraíso.
La tierra donde vivió Jesús y pregonó su palabra estaba en el interior del Imperio Romano. Con cerca de 2 mil kilómetros cuadrados y 200 mil habitantes, Galilea era un reino semi-independiente, en la frontera del Imperio. Estaba fuera de Judea, el centro del Judaísmo en la época. Galilea era también una de las regiones más ricas de Palestina. Diferente del territorio árido y rocoso de Judea, parecía un jardín. Allí se producían cereales, aceite de oliva, vino y frutas. En las márgenes del mar de Galilea existía una importante industria pesquera, que alimentaba a la población y favorecía el comercio regional.
Mas allá de no sentir tan de cerca la presencia romana, Galilea era también el principal foco de agitación política de la época. Dentro de los que se levantaron contra el poder de Roma, la mayoría era de Galilea como Jesús. Por lo menos dos veces y durante el gobierno de Poncio Pilatos, manifestantes galileos descendieron hasta Jerusalén a fin de incitar a sus habitantes a que se revelaran y afirmaran su independencia nacional y religiosa.
Los judíos de la época de Jesús creían que el mundo estaba por acabar en cualquier momento. Las profecías preveían para la época el envío, por Dios, de un Rey del final de los tiempos. El pueblo creía que ese mesías derrotaría a los romanos y restauraría la antigua gloria de Israel.
Distante115 kilómetros de la Nazaret de Jesús, Jerusalén era el gran destino turístico-religioso de los judíos. Con una población de cerca de 25 mil personas, la capital de Judea recibía 100 mil peregrinos para fiestas como la Pascua. La importancia de Jerusalén se debía al Templo, una lujosa y colosal construcción que ocupaba una quinta parte de la ciudad y era el centro del Judaísmo. Las piedras de los muros llegaban a medir 18 metros de alto. Jesús fue llevado allí a los ocho dias después de nacido, para que sus padres hicieran la ofrenda obligatoria por su nacimiento.
Ese mundo concreto, lleno de tensiones, marcó a Jesús profundamente y lo llevaría a a la cruz para redimir de los pecados a la humanidad toda.
Jesús vivió en un mundo real, en un tiempo y en un lugar, entre hombres y mujeres de carne y hueso, que compartían costumbres y preocupaciones.
La mentalidad del mundo de 2 mil años atrás era afectada por la escasez de conocimientos científicos. Se creía, por ejemplo, que
La tierra donde vivió Jesús y pregonó su palabra estaba en el interior del Imperio Romano. Con cerca de 2 mil kilómetros cuadrados y 200 mil habitantes, Galilea era un reino semi-independiente, en la frontera del Imperio. Estaba fuera de Judea, el centro del Judaísmo en la época. Galilea era también una de las regiones más ricas de Palestina. Diferente del territorio árido y rocoso de Judea, parecía un jardín. Allí se producían cereales, aceite de oliva, vino y frutas. En las márgenes del mar de Galilea existía una importante industria pesquera, que alimentaba a la población y favorecía el comercio regional.
Mas allá de no sentir tan de cerca la presencia romana, Galilea era también el principal foco de agitación política de la época. Dentro de los que se levantaron contra el poder de Roma, la mayoría era de Galilea como Jesús. Por lo menos dos veces y durante el gobierno de Poncio Pilatos, manifestantes galileos descendieron hasta Jerusalén a fin de incitar a sus habitantes a que se revelaran y afirmaran su independencia nacional y religiosa.
Los judíos de la época de Jesús creían que el mundo estaba por acabar en cualquier momento. Las profecías preveían para la época el envío, por Dios, de un Rey del final de los tiempos. El pueblo creía que ese mesías derrotaría a los romanos y restauraría la antigua gloria de Israel.
Distante
Ese mundo concreto, lleno de tensiones, marcó a Jesús profundamente y lo llevaría a a la cruz para redimir de los pecados a la humanidad toda.
Departamento de Geografía I.S.A.R.M.
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